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Salud pone en marcha la ley para reducir el consumo de sal

La ingesta elevada de sal es un factor de riesgo para enfermedades como hipertensión, enfermedad renal crónica y enfermedades coronarias. En Argentina el consumo de sal diario por persona es de 11 gramos, el doble de lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

A través del decreto 16/2017, se reglamentó la Ley N° 26.905 de Promoción de la Reducción del Consumo de Sodio en la población que facilitará la sensibilización de la población sobre la importancia de reducir el consumo de sal con el fin de favorecer la salud y mejorar la calidad de vida. En Argentina, el consumo de sal diario por persona es en promedio de 11 gramos, mientras que la OMS recomienda un consumo máximo de 5 gramos por día.

La norma contempla introducir las modificaciones necesarias al Código Alimentario Argentino y al sistema de fiscalización de los alimentos estableciendo topes para el contenido de sodio en los productos alimenticios. Además, regula el establecimiento de advertencias en los envases sobre los riesgos del consumo en exceso de sal, promueve la eliminación de los saleros en las mesas de los locales gastronómicos, fija el tamaño máximo de los envases en los que se venda sal para no superar los 500 miligramos y establece sanciones a los infractores.

La reglamentación también estipula la creación de la Comisión Nacional Asesora para la Promoción Nacional de la Reducción del Consumo de Sodio –que dependerá de la cartera sanitaria nacional– y tendrá como tarea proponer mensajes sanitarios que deberán figurar en el rótulo de los envases en los que se comercializa la sal y otros productos que la contengan.

A través del Consejo Federal de Salud (COFESA), la cartera a cargo de Jorge Lemus, coordinará las estrategias de promoción de hábitos saludables para la reducción del consumo de sodio. Las acciones deberán incluir, por ejemplo, mensajes sanitarios en el menú de establecimientos gastronómicos y alternativas sin sal agregada y a su vez limitará la oferta espontánea de los saleros, teniendo disponible sal en sobres y de bajo contenido de sodio (que no podrán exceder los 500 mg).

La importancia de esta medida, pionera en su tipo en nuestro país, radica en la gran incidencia de las enfermedades crónicas no transmisibles como las cardíacas, el ACV y la enfermedad renal crónica, las cuales representan una importante carga sanitaria. En nuestro país, más del 34% de las personas mayores de 18 años padece hipertensión arterial.

La reducción de 3 gramos en el consumo diario por habitante evitaría unas 6000 muertes cada año. La reglamentación de esta ley que tendrá un gran impacto positivo en la salud de toda la población.

Menos Sal + Vida

La iniciativa Menos Sal Más Vida tiene por objetivo disminuir el consumo de sal de la población en su conjunto para reducir la importante carga sanitaria que representan las enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares y renales. Constituye una de las principales acciones de promoción de la salud y forma parte de un plan integral de prevención y control de Enfermedades crónicas no transmisibles.

Su misión es facilitar a través de distintas acciones la concientización de población sobre la necesidad de disminuir la incorporación de sal en las comidas. Busca reducir progresivamente el contenido de sodio de los alimentos procesados mediante acuerdos con la industria de alimentos.

Una de las estrategias centrales en este sentido, es la reducción del contenido de sal en la elaboración del pan artesanal. En conjunto con la Federación Argentina de la Industria del Pan y Afines (FAIPA) busca lograr acuerdos con la industria panadera para reducir el contenido de sal de ese alimento, recomendando utilizar hasta 750 gramos de sal por cada bolsa de 50 Kg de harina en su elaboración.

El pan es un alimento de gran consumo en la población argentina: se ha estimado que su ingesta es de 70 kg al año por habitante, lo que significa un consumo de 200 g al día en promedio y un aporte de sal de 3,4 a 4,2 gramos por día (mientras que la OMS recomienda reducir el consumo de sodio en los adultos a menos de 2 g/día).